martes, 10 de enero de 2012

Los transportistas auguran el cierre de empresas para el 2012

Los empresarios del sector del transporte dicen que la situación es insoportable. Si hay un colectivo que ejemplifique el porqué de ese bajón en el tráfico son ellos. La crisis es tal, que aseguran que muchas empresas no van a sobrevivir al 2012. El precio del gasoil, los impagos, las multas, el céntimo sanitario y los costes de sacar un camión a la carretera son las principales causas de una ruina a la que no ven salida.
Transportes Arenaz, de Cambados, es solo un ejemplo de una situación de la que no se libra nadie en el sector. La empresa lleva sesenta años en la carretera. Francisco Arenaz, su actual gerente, es la segunda generación de la familia. Detrás viene su hijo, que también trabaja en el negocio. Esa, y los nueve empleados que todavía mantienen en nómina es la principal causa de que Paco Arenaz no eche el cierre y siga manteniendo siete camiones en activo.

Transportan sobre todo congelados y productos de alimentación. Su principal mercado está en Italia, aunque también en otros países europeos. La demanda bajó, pero ese no es su principal problema. «El problema más grave son los impagos -reconoce-, y que la competencia es muy grande; el combustible subió una barbaridad y los pagos hay que afrontarlos igual, Hacienda no perdona y las sanciones de tráfico son impagables. Es una pelota que va engordando. Cada vez los costes son mayores, y tú a los clientes no les puedes hablar de subir las tarifas».

De la misma opinión es Andrés Cacabelos, responsable de otra empresa tradicionalmente puntera en la comarca. «La situación es muy crítica. Hay muchas empresas que están al límite. Algunas ya cerraron y otras cerrarán. Tráfico nos machaca vivos y los impagos son muy importantes».

Como en el caso de Arenaz, Cacabelos sigue luchando con nueve camiones en la carretera que transportan, sobre todo, pescados y mariscos. De momento mantienen su clientela, aunque los beneficios han bajado y los costes son cada vez mayores.

A los problemas que vienen del brazo de la crisis se suman las duras medidas impuestas al sector; los descansos obligados, las tarjetas, los impuestos, las condiciones del céntimo sanitario o los avales para repostar en el extranjero. Si los camiones de Arenaz hacían antes 18.000 kilómetros al mes, ahora no superan los 13.000. «Esta semana tuve un camión parado en Italia para que no se pasara las horas de conducción, y otro parado en casa porque había que hacer el descanso obligatorio». Todo ello supuso que, con cada camión, la facturación haya bajado en torno a los 6.000 euros. «Y si te viene una multa, es de 4.600 euros como mínimo, y la reparación de un camión ronda los 10.000».

Y no son solo las grandes empresas las que están con el agua al cuello. «Hay autónomos que se la juegan y que salen a la carretera como piratas. Un día los van a cazar, pero lo hacen, porque no tienen otra salida».

A todo ello se suma la competencia desleal. Hay empresas portuguesas que se han instalado en la provincia y que rebajan los precios con sueldos miserables. «Y lo hacen porque ellos aún están peor».

Este año toca revisar las tarjetas, y los empresarios creen que muchos aprovecharán ese momento para echar el cierre. «Porque para renovarlas hay que estar libres de cargas de Hacienda y de sanciones de tráfico, y los hay que no van a poder hacerle frente».


No hay comentarios:

Publicar un comentario